jueves, 25 de abril de 2013

Patrimonio maltratado

Ya han pasado más de dos semanas desde que un grupo de ciudadanos de Donostia se uniera para impedir el derribo del Bellas Artes y su conversión en un hotel. El primer paso estaba claro: recoger firmas y un amplio apoyo para que este emblemático edificio no desaparezca. Pues dicho y hecho; en quince días más de 9.000 firmas a través de una plataforma online, que hasta el 20 de mayo intentará alcanzar las 10.000 peticiones y remitirlas al Gobierno donostiarra.
        
    "El Bellas Artes no se puede tirar, el Bellas Artes no se puede tirar"... Me lo he repetido varias veces este mes, intentando comprender el despropósito que esto supondría. Lo cierto es que no tengo recuerdos de tardes de cine en el Bellas (una pena, porque tuvo que ser especial), pero me une a él algo sentimental, algorelacionado con su arquitectura, su ubicación, su presencia en esa esquina entre Urbieta y Prim, vigilando nuestros pasos, durante casi 100 años. Y es eso, su arquitectura y su historia lo que nos hacen valorarlo y quererlo, por eso es terrible leer que va a convertirse en un hotel de cuatro estrellas y 90 habitaciones.

   Más aún. Celebrando como estamos el bicentenario de la ciudad, y cerca ya de la capitalidad cultural europea en 2016 (si Córdoba no nos la lía mucho), ¿cómo es posible plantearse el derribo del Bellas Artes? Si hasta su nombre nos evoca cultura..., recuerdos..., historia de una época dorada.

     Es muy curioso y descorazonador ver lo rápido que los políticos toman decisiones en las que interviene el sector privado, y la incapacidad de llevar a cabo proyectos de inversión municipal o autonómica, que sí se presentan prioritarias para la ciudad. Léase la estación de autobusesde tren, Tabakalera... Y lo mismo me da un partido que otro. Esto va más allá de intereses de partido.
   Es más; construir un hotel en el centro, donde la variedad de establecimientos es significativa, con la apertura reciente de uno, a dos paradas de autobús del 'Bellas', y otro que se proyecta en Morlans, ¿es tan vital? Según los datos de SS Turismo, referidos al 2012, las pernoctaciones bajaron un 0.86%, con respecto a 2011. Revelador también el dato de la estancia media, ya que el 38% de los visitantes son excursionistas. 

    La cultura es un bien tan preciado que, al mismo tiempo, se convierte en moneda de cambio; cuando interesa se utiliza para alabar el potencial que tiene Donostia y otras, para maltratarla, porque el señor de lo privado nos ha visitado en el despacho con una propuesta bajo el brazo. ¡¿Cómo es posible?! 

    Basta con rebobinar el DVD de nuestra historia donostiarra más reciente para comprobarlo. La Bretxa, el Mercado de San Martín, el primer Kursaal... Una ciudad que será capital de la cultura europea, que presume de su exquisita arquitectura o de su privilegiado mirador hacia el mar, dibujando una de las postales más hermosas de Europa, no puede deshacerse de otro edificio emblemático y singular. Si esto ocurre, perderemos; perderá la ciudad y su patrimonio y perderemos los ciudadanos. 

     San Sebastián, a este paso, será recordada por tener en apenas 300 metros, tres Zara, un Massimo Dutti y una franquicia de zapatos que está en otras 45 ciudades.Ah, espere! y por La Concha. Sí, menos mal que aún nos queda La Concha...